Inicié mi caminar con la práctica del yoga durante mi primer embarazo hace cuarenta años, impulsada por el deseo de cuidar la nueva vida que gestaba en mí.
Esa experiencia fue el detonador de una búsqueda personal que me llevó a conocer el yoga de BKS Iyengar de la mano de dos profesoras dedicadas y maravillosas que me guiaron con firmeza y cariño.
Inspirada y deseosa de adentrarme en esa práctica que despacito estaba devolviéndome la conciencia corporal y con ella una esperanza profunda en la vida, decidí formarme con la British Wheel of Yoga, formación que completé en 1998.
Las clases que impartía entonces eran dinámicas y con un enfoque especial sobre la alineación del cuerpo y el uso de accesorios para potenciar las posturas.
Con la llegada de mis dos hijos menores, mi participación y colaboración a clases para mujeres embarazadas, fui integrando una mirada más introspectiva a mis clases.
Mi labor de soporte a personas con diversidad funcional y mi propio reto a nivel de salud, me han incentivado a querer ofrecer un espacio de yoga que acoja a todas las personas independientemente de sus capacidades y a este efecto acabo de terminar una formación de yoga adaptado e inclusivo con la Accessible Yoga School de Jivana Heyman.
El Yoga Inclusivo nos invita a escucharnos, a explorar las posturas desde nuestro sentir, atentas a las pautas sutiles de nuestro cuerpo, de nuestra respiración, de nuestro estado de ánimo. Es una llamada a confiar en esa guía interna que nos impulsa hacia un esfuerzo respetuoso, hacia una práctica creativa en unión con nuestras necesidades de cada momento.
Es una puerta abierta, a emprender un camino propio de autoconocimiento.
Ofrezco un acompañamiento cercano, un ambiente acogedor y seguro, y un enfoque suave, adaptando la práctica e integrando maneras de incorporar el uso de accesorios, de silla y de esterilla en un mismo espacio, maximizando el tiempo que practicamos al unísono.
“Unidad en la diversidad“ Swami Sivananda